martes, 9 de octubre de 2012

¿Por qué escribes?


¿Por qué escribes?

"Una vez una chica se me acercó con mi primera novela en las manos."

En no pocas de las ocasiones en las que voy a un colegio o instituto a encontrarme con los chicos que han leído alguno de mis libros, hay ciertas preguntas que se repiten. Da igual si esos chicos son de Tetuán, de Cangas del Narcea, de Almería o de Callosa d’En Sarrià, hay una serie de preguntas que siempre aparece:
¿Vas a hacer película de este libro?
Bueno… Yo no hago películas, yo escribo libros. Si alguien quiere hacerla, por mí encantado, pero no es algo que dependa de mí.
¿Cuánto dinero has ganado con este libro?
Entre poco y muy poco, tirando a menos.
¿Cuánto tiempo has tardado en escribirlo?
(Aunque yo considero que el tiempo invertido es el justo, a más de uno le parece una exageración.)
Y, después, de alguna de las filas de lectores que me observan, surge LA PREGUNTA: ¿Por qué escribes?
No digo que no haya ocurrido, pero nunca he visto que a un futbolista le pregunten: “oye, ¿tú por qué juegas al fútbol?” Ni a un dentista: “¿tú por qué pones empastes y haces limpiezas bucales?” Ni a un fontanero: “¿tú por qué arreglas fregaderos?” Pero para los escritores es una pregunta habitual. Vamos, eso creo. ¿O acaso solo me hacen esa pregunta a mí? ¿Será que no doy el pego, que no tengo cara de escritor? Todo es posible.
Como sea, en mi mente, las preguntas y el orden en el que son formuladas parecen planificadas de antemano: Si no van a hacer película, si no te forras, si tardas tanto tiempo en escribir un libro, entonces ¿por qué escribes?
Y para esa pregunta no tengo una respuesta definitiva. Tengo muchas. Creo que cada escritor tendrá las suyas, sin duda, y quizá no coincidan para nada con las mías, o tal vez sí.
Escribo porque no puedo evitarlo.
Porque no quiero evitarlo.
Porque estoy convencido de que uno debe hacer lo que le gusta, y a mí lo que me gusta es escribir.
Porque me encanta crear universos enteros en un folio en blanco.
Porque tengo tinta en las venas.
Porque estamos hechos de historias.
Porque al escribir puedo, sin moverme de mi habitación, recorrer las calles más siniestras de Londres, entrar en una mansión en un bosque alemán, curiosear entre las ruinas de una abadía asturiana, intentar atrapar a un oficial nazi, esconderme de las bombas…
Porque no hay alegría comparable a la de ver cualquiera de mis libros en el estante de una librería, ni mucho menos en las manos de un lector.
Porque una vez una chica se me acercó con mi primera novela en las manos para decirme “yo me la he leído dos veces, al llegar al final empecé otra vez”.
Porque escribo mejor que hablo.
Porque quizá sea lo que mejor sé hacer.
Porque las palabras se las lleva el viento y yo las cazo al vuelo. O lo intento… Pero, inevitablemente, algunas se me escapan.

domingo, 22 de abril de 2012

Día Internacional del Libro



Con motivo de la celebración del Día del libro, nos apetecía rendir un emotivo homenaje a aquellos libros que de alguna manera nos han marcado a lo largo de nuestra vida, y así poder compartir todo lo que esas lecturas nos han aportado. 
Desde el I.E.S. Victoria Kent de Elche os deseamos un Feliz de Día del libro. 
¡¡¡Feliz lectura y que tengáis la dicha de encontrar esos libros que os dejen huella!!!

El 23 de abril es un día simbólico para la literatura mundial, ya que en este día y en el año de 1616 fallecieron personalidades como Miguel de Cervantes (España), William Shakespeare (Reino Unido) y el Inca Garcilaso de la Vega (Perú). Igualmente se conmemora el nacimiento o muerte de otros autores prominentes como Maurice Druon (Francia), Haldor K. Laxness (Islandia), Vladimir Nabokov (Estados Unidos), Josep Pla (Cataluña) y Manuel Mejía Vallejo (Colombia).

La celebración de este día fue una decisión espontánea tomada en la Conferencia General de la UNESCO que se celebró en París en 1995, para rendir un homenaje universal a los libros y autores.

"Ventana abierta a la diversidad de las culturas y puente tendido entre las civilizaciones, vector de valores, de saberes, del sentido estético y de la imaginación, el libro es ante todo obra de la inteligencia, la creatividad y la cultura humanas: por ello enriquece el patrimonio inmaterial de la humanidad..." 
(Koïchiro Matsuura, Director General de la UNESCO).

sábado, 17 de marzo de 2012

Un niño dice... Un padre dice...


Un niño de 5 años dice: "Mi padre puede hacerlo todo."

(Padre, baja de tu cielo y tiéndeme una mano.)

Un niño de 12 años dice: "Mi padre casi lo hace todo."

(Quisiera escucharte pero tus ojos son blancos.)

A los 17 años dice: "Mi padre es un pobre estúpido idiota."

(Es lento el camino que nos une y rápida la distancia.)

A los 25 años dice: "Mi padre no era tan estúpido."

(Espera, ¿a donde vas? Ahora estamos realmente cerca.)

A los 40 dice: "Ojalá pudiera preguntárselo a mi padre."

(Padre, este es un infierno demasiado grande para mí.)

Un hombre dice: "Mi hijo de 5 años es mi herencia terrena."

(No sueltes mi mano, más por mí que por ti.)

Un hombre dice: "Mi hijo de 12 años crece demasiado rápido."

(Eres una sombra furtiva que apenas si existe en mi prisa.)

Un hombre dice: "Mi hijo de 17 años es un extraño al que no conozco."

(Extremos de una cuerda muy corta que tensamos.)

Un hombre dice: "Mi hijo de 25 años es todo cuanto amo."

(Podemos ser amigos, es muy fácil intentarlo.)

En la lapida de este hombre reza: "Tu amado hijo no te olvida."

(Me siento muy solo, tan solo, rendidamente solo.)



Extraído de Yo, de JORDI SIERRA Y FABRA.

sábado, 10 de marzo de 2012

Entrevista a Jordi Sierra i Fabra




Aprovechamos para recomendar esta divertida novela y animaros a que la empecéis con un avance que ofrece el propio autor a través de su web:
"Yo"

YO creía que era raro.
Hasta los 17 años, tres meses y nueve días, yo estaba seguro de que era raro.
Razones por las que yo creía que era raro:
1 - No fumo.
2 - No bebo.
3 - No tomo drogas.
4 - No había besado a ninguna chica.
5 - No había estado jamás con una chica.
6 - No me masturbo.
7 - No me gusta el fútbol.
8 - No me gusta la música de hoy.
9 - Leo libros.
10 - (Esta aún me la estoy pensando, porque tengo dos o tres candidatas, y como los Mandamientos eran diez no voy a hacer una lista de once o doce porque no quedaría bien).
Dicho así, a palo seco, la cosa resulta como muy fría. Lo sé. Por lo tanto quiero aclararlo. Una cosa es que te tomen por raro y otra por imbécil.
YO no soy imbécil.
Lo del no fumar es por mi padre, socio de honor de la tabacalera. Se volatiliza entre dos y tres paquetes diarios. Yo he de poner toallas en los huecos de la puerta de mi habitación para mantenerla un poco descontaminada. Pero es inútil. La ropa siempre me huele fatal. Odio el tabaco. Me parece una gilipollez (y carísimo) pasarse el día chupando un palito de hierba. Encima te cascas el cuerpo. Veréis, yo creo que cuando nacemos lo hacemos con dos cosas: un cheque en blanco que es el tiempo que te va a tocar vivir y la casa-cuerpo en la que vas a habitar. De cómo emplees el cheque dependerá lo que hagas y no hagas en la vida. Y de cómo cuides tu casa dependerá que esa vida sea saludable o no. Y si eso es ser raro que resucite Gandhi y lo vea.
Yo amo a Gandhi.
Paz, hermanos.
Vale, no quiero despistarme, porque soy disperso y siempre acabo hablando de lo que no toca. Por ejemplo, de mi padre, hablaré más adelante. Todo a su tiempo.
Lo del no fumar queda claro, pues, que es por mi padre y porque todos y todas los que están enganchados me parecen tontos del culo. En cambio lo del no beber alguien podría pensar que es por mi madre, alcohólica perdida, y no es así. Pobre mujer… De niño me repugnaba el olor a alcohol ya fuese en forma de anís, coñac, vino, whisky o lo que sea. Mi bebida favorita es la leche. Y por mucho que se rían algunos/as, yo pienso que queda la mar de rompedor pedir un vaso de leche en una discoteca o en cualquier lugar lleno de gilipollas. Ahí sí que todo el mundo te mira, aunque más de uno piense que ya tienes una úlcera.
Pasemos a las drogas. Aquí tenía que haber puesto lo de que mi cuerpo es mi casa y todo eso. Pero como ya lo he dicho antes no voy a repetirlo. Si odio el tabaco, con más razón odio los porros. El primo Tobías (primo de mi padre, no mío) siempre le dio al porro y hoy tiene el cerebro derretido. No rige nada, el pobre. El primo Ricardo (primo de mi madre, no mío) por su parte, tiene una cirrosis que te cagas de tanto abusar de drogas y alcohol.
Sí, ya sé, he puesto “que te cagas”, pero eso no es un taco, es sólo una expresión. Es que aún no he llegado a la parte en la que mi amigo el escritor me dijo lo que tenía que hacer para publicar esto.
Sigamos con la explicación de las razones por las que creía que era raro.
Llegamos a la parte sexual. Vaya por delante que soy hetero. No lo digo como bandera de nada. Tengo algún que otro conocido gay que es estupendo. Pero soy hetero y esto es lo que hay. Los puntos 4, 5 y 6 de mi decálogo tienen que ver con el sexo y de hecho son la misma cosa. No había estado con ninguna chica ni había besado a ninguna chica porque era tímido. La timidez forma parte de lo de ser raro. Yo creo que es una parte muy esencial. Si eres tímido eres raro. En cambio que seas raro no significa que seas tímido. Hay tíos la mar de raros que ligan como locos y, encima, ellas los encuentran interesantes. A mí ninguna chica me había encontrado jamás interesante (en parte porque era raro). Lo curioso es que vistos los puntos 4 y 5, parece obvio que el 6 tendría que ser todo lo contrario, y prodigarme en ello como la mayoría de mis compañeros onanistas. Pero no. ¿Tocarme a mí mismo? Me parece un falso consuelo. Las cosas hay que hacerlas bien. Cuando llegase el momento quería que saltasen chispas y que ELLA pusiera los ojos en blanco. Eso es el amor. Y yo soy un romántico. Ahora lo sé. Encima, hasta los 17 años, tres meses y nueve días, despreciaba mi cuerpo. Me miraba en el espejo y ¿qué veía?, pues a un chico larguirucho, poco desarrollado, feo, con la nariz prominente, las orejas salidas, muy delgado, sin musculatura y deforme. Sólo me faltaba encogerme y empezar a decir “mi tesoro” con cara de poseso.
Por mi aspecto, si hubiera nacido en la India, habría sido Gandhi, pero nací aquí y de Gandhi ya hubo uno.
No voy a seguir hablando mucho de esto (me refiero al “punto 6”), porque luego no van a publicarme el libro. Me lo ha dicho mi amigo el escritor: “Nada de tacos, nada de sexo, nada de…”.
Pero cuando se tienen 17 años (y aquí da igual lo de los tres meses y los nueve días) ¿de qué demonios va a hablarse?
En fin…
El punto 7 es crucial para la concepción de la rareza. No me gusta el fútbol. Ni me gusta ahora ni me gustaba a los 17 años, tres meses y nueve días. Que veintidós mendas correteen por una pradera verde persiguiendo una cosa redonda a la que dan patadas tratando de meterla en una cestita me parece idiota, pero que cien mil mendas más griten, se peleen, no duerman si su equipo pierde o enloquezcan si gana, paguen una pasta gansa por una entrada, hagan sus horarios en torno a los partidos, se disfracen, canten, se conviertan en bestias, odien a los otras ciudades, olviden sus raíces y pidan la sangre del rival como los romanos en el Coliseo… Eso no es que me parezca idiota, es que me parece de descerebrados. Pero las consecuencias de que a uno no le guste el fútbol siempre fueron visibles en mi vida: marginación escolar, no tener amigos, jugar con las chicas en el patio, soledad pura y dura, no poder hacer las mismas colecciones de cromos que los demás, no saber de qué hablar los días antes del partido, los días del partido y los días de después del partido (o sea, TODOS los días)… Y no será porque no lo intenté. Un día quise probarlo. Me pusieron de portero, faltaría más. Y a la que vi a una jauría de contarios avanzar sobre mí como una banda de inspectores de Hacienda hice lo que cualquier persona inteligente y normal habría hecho: apartarme. Ellos metieron gol, los míos me pusieron a parir y me dijeron que la próxima vez, no me moviera.
Les hice caso. La siguiente vez no me moví.
Mira que la portería es larga. Como de siete metros o más. Y alta. Como de dos. Y mira que yo hacía poco bulto. Pues nada. Aquel energúmeno le pegó el patadón a la pelota con la puntera y al centro, justo a donde estaba yo, inmóvil.
Desperté en el dispensario del colegio, con la nariz rota.
No quiero hablar de fútbol. Me la suda el fútbol. Y espero que eso tampoco sea un taco y vayan a censurármelo, porque aún no he llegado a lo de las XXXXX y uno ha de hablar con cierto énfasis, ¿no?
La música de hoy, punto 8, me suena a… a… No encuentro palabras. No es que el rock me vaya más. Estamos en el siglo XXI. El rock ha muerto (aunque mi amigo el escritor pueda lapidarme por decir esto, porque él va de rockero). Pero me da igual que el rock viva o no, como que aún lo haga el vals o la música del Templo de Shaolin (no sé si se escribe así, lo confieso). Se trata de hoy, del presente, y cuando escucho lo que suena o veo a las estrellas o los clips de las canciones de moda… Lo de buscar rimas fáciles para decir tonterías es de retrasados mentales, pero van y lo llaman rapear. En la música sí que hay tacos (“lenguaje explícito”, lo llaman, o “adulto”, toma ya, con lo cual este podría ser un “libro explícito” si me soltara, cosa que no haré porque quiero publicarlo). Lo peor de todo es que como estamos americanizados hasta en la sopa, adoptamos todo lo que viene del exterior sin chistar. A mí me parece bien que los negros hagan una música de combate, dura, peleona y rebelde, porque han estado siempre put… masacrados por los blancos. Pero que esa música llegue a España y se baile en la disco de tu barrio… Yo no me imagino a la sardana ni a la jota en una discoteca de Nueva York. Además, desde que Stravinsky (no sabéis de quién os hablo, ¿verdad?) hizo la “Consagración de la primavera” ya no hubo nada más. Bueno, los Beatles quizás, no sé. Y el Dylan.
Me enrollo demasiado y aún vamos por el punto 8 y esto no ha hecho más que empezar, lo sé. Mi amigo el escritor me dijo que un libro tenía que ser ágil, con capítulos cortos, y estar lleno de diálogos. Pero es que yo aún no he tenido a nadie con quien hablar y si no empiezo por aclarar por qué era raro…
Punto 9. Leo libros.
Eso ya me colocó en la cima de la rareza escolar.
Es increíble. Yo les decía a mis compañeros de clase (lo voy a poner en forma de diálogo para que así parezca más ágil):
—¿Raro? ¿Por leer? Sois idiotas. Tanto dároslas de rebeldes, de progres, de rompedores, de tal y cual, y todos leéis el libro trimestral que os pone el profe. Como loros. ¿No veis que la autentica rebeldía es leer justo los libros que no pone el profe, y obligarle a él a leerlos si quiere poner nota o estar al loro? ¿No veis que hoy en día la mayoría dice que PASA de leer, que ODIA leer, y que para ser realmente diferente y no formar parte de esa mayoría lo realmente rebelde es LEER? ¡Si queréis ser revolucionarios, LEED!
¿Creéis que me hacían caso?
Pues yo siempre he leído. No me hace falta ni estudiar. Leo lo que pillo. El “Zarathustra” me hizo flipar ya a los doce años.
El punto 10, lo de que me lo estoy pensando y tengo dos o tres cosas candidatas, es totalmente cierto. Por ejemplo, hubiera podido poner como rareza supina que no quiero ser famoso. Escritor, sí. Famoso, no. ¿Qué es la fama, salir por la tele gritando? Soy tímido, así que no podría gritar en la tele. Y siendo escritor, o sea raro con pedigrí, con coartada, lo mejor es crear una aureola de misterio. Dentro de unas líneas os contaré por qué quiero ser escritor. Otra peculiaridad que me hace raro es la de leer siempre las cosas del revés, buscando palabras nuevas o para ver cómo suenan. Por ejemplo, mi nombre, del revés, se lee Leinad y me suena a personaje de “El Señor de los Anillos”, ¿a que sí? Aunque posiblemente la última de mis rarezas sea que cuento siempre las cosas, cuantas ventanas tiene un edificio, cuantos árboles hay en una fila, o los números de las matriculas de los coches. Si la suma resultante es impar, me siento bien. No me gustan los pares salvo el 2 combinado con el 7, el 9 y el 5. Por ejemplo 752, o 927, o 592, o simplemente 27, 52… El 7 y el 9 son mis números favoritos.
Una vez explicadas las razones por las que yo creía que era raro hasta los 17 años, tres meses y nueve días, os diré qué estoy haciendo, por si aún no lo habéis notado:
Estoy escribiendo un libro.
Voy a ser escritor. Es lo más lógico. Si eres raro, por fuerza has de buscarte una coartada (ya lo he dicho antes). Y los artistas las tienen todas. Yo ya no soy raro, pero quiero ser artista. Mi amigo el escritor me contó que cuando se fue a vivir a su última casa, los vecinos le miraban sospechosamente. Llevaba la barba larga, el cabello hasta los hombros y vestía a la última… pero en Londres y Nueva York, en plan rockero. Todo cambió cuando una vecina le preguntó:
—¿Usted es artista?
—Sí, señora —dijo él—. Soy escritor.
Y la mujer, poniendo cara de lucidez plena y máxima, suspiró un evidente:
—¡Ah, claro!
Desde aquel día todo fueron sonrisas y saludos, y luego el farde de tenerlo en la escalera. Todos babeando.
O sea que se puede llevar barba, el pelo largo y vestir a la última y en plan rockero (o hip-hopero, o lo que sea), si eres artista. De lo contrario eres un mamarracho que está loco.
Fue mi amigo el escritor el que me dijo que yo no era raro.
El primero.
—Tú no eres raro —me dijo—. Eres diferente.
¡Me sonó tan bien…!
Yo (muy en el fondo, a pesar de todo) creo que sigo siendo raro.
La diferencia reside en que ahora pienso que más raros son los demás, el mundo entero, y que YO soy cojonudo.
Este es un poema de autoayuda que puede veniros bien a los que os sintáis raros y todavía no hayáis encontrado a nadie como mi amigo el escritor para echaros una mano:

El último de la fila
El último del paraíso
El último en la cola del autobús
El último en vivir
El último en morir
El último en llegar
El último en ganar
El último en conseguirlo
El último en despertar
El último en creerlo
El último en saberlo
El último de los listos
El último de los tontos
El último de todos
El último de los últimos
Soy el último
El primero empezando por abajo


Tranquilos, no es una biografía, aunque algo tendrá de autobiográfico, pero al final de la obra hay un apéndice en el que el propio autor habla sobre su vida.
Si os lo estáis pensando, podéis encontrar ejemplares en la biblioteca del instituto.

lunes, 27 de febrero de 2012

La tierra de las papas, de Paloma Bordons

Los alumnos y alumnas de refuerzo han tenido la oportunidad de leer esta preciosa novela cuya protagonista, María, una joven madrileña, debe acompañar a su padre a Bolivia, un país que al principio le resulta tan ajeno a ella. Allí conocerá a Casilda, la cholita que sirve en su casa, y gracias a sus conversaciones pelando papas y las experiencias acompañando a su padre, aprenderá el significado de las "cosas con mayúsculas", el respeto por las personas de diferentes culturas, el sentido de la responsabilidad y el valor de la Madre Tierra.

Ilustraremos la lectura con algunas imágenes:

VISTA DE LA CIUDAD BOLIVIANA "LA PAZ":


EL MERCADO: COLORIDO Y VARIEDAD DE PAPAS:


CHOLITA BOLIVIANA CON SU WAWA (BEBÉ):


FIESTA DE TODOS SANTOS EN EL CEMENTERIO:


CURANDERO KALLAWAYA Y SUS REMEDIOS CON HOJAS DE COCA:


LOS PANELES SOLARES LLEVAN ELECTRICIDAD A LOS POBLADOS:


LA PACHAMAMA:


EL TATA INTI:


EL DÍA DE LOS MUERTOS:



LENGUA AYMARA (PARA SEGUIR REFLEXIONANDO):

viernes, 17 de febrero de 2012

El infierno de Marta, de Pascual Alapont


Los alumnos y alumnas de 2º PCPI han leído este libro de amor y suspense, que me parece que no ha dejado a nadie indiferente. Es la historia de una joven, Marta, que acaba "enredada" en una inquietante historia amorosa de la que no puede salir. Uno de los temas secundarios es la amistad, pues Marta tiene unos amigos que tampoco se quedan indiferentes viendo como su amiga se va adentrando en el infierno, en un proceso del que ni ella misma parece darse cuenta.

Al final del libro se adjunta un ensayo titulado La máscara del amor, del famoso psicólogo y criminólogo Vicente Garrido, en el que nos enseña las claves para entender el proceso de dependencia y agresión en las relaciones amorosas con un maltratador de mujeres.

Pinchando aquí podréis leer algunas notas extraídas del ensayo de Vicente Garrido, autor también del libro de divulgación El psicópata.




Espero que compartáis vuestros comentarios acerca de la novela, pues estoy segura de que cada uno de vosotros habrá aprendido algo y tendrá su propia opinión.

martes, 14 de febrero de 2012

Recomendaciones para el fin de semana de San Valentín

LA NOVIA CADÁVER


Os recomiendo una película que no nos podemos perder este fin de semana. Se trata de La novia cadáver, de Tim Burton, una bella y macabra historia de amor en clave gótica.





TRES METROS SOBRE EL CIELO

Una lectura idónea para estos días es Tres metros sobre el cielo, la historia de amor entre dos adolescentes de mundos muy distintos, cuya segunda parte, Tengo ganas de ti, hizo nacer la tradición de colgar candados en el puente Milvio de Roma para simbolizar el amor de las jóvenes parejas.

En los siguientes vídeos podéis leer algunos fragmentos de sendas obras, que recientemente han sido llevadas al cine:









LA JOVEN DE LAS NARANJAS

La joven de las naranjas, de Jostein Gaarder, autor de El mundo de Sofía, narra la historia de un joven quinceañero que recibe una carta que su padre le escribió antes de fallecer, cuando él era todavía un niño. En ella, el padre le cuenta su propia historia de amor y a partir de la lectura de esa carta se van intercalando los pensamientos del chico.
A continuación, un fragmento de la adaptación cinematográfica llevada a las pantallas noruegas:




Por último, no podemos olvidar el gran clásico de la literatura amorosa. No se trata de una novela sino de una obra teatral. Hablamos de la tragedia Romeo y Julieta, de William Shakespeare. De la que se han hecho infinidad de versiones cinematográficas. Entre ellas destacamos Romeo + Julieta, protagonizada por Leonardo Di Caprio, que se adapta al siglo XX conservando el texto original.
A continuación, la escena del balcón-piscina:



La próxima es quizás una de las escenas con mayor acción y carga dramática: las muertes de Mercurio y Teobaldo.



Como colofón, incluimos la versión que se ha convertido a su vez en un clásico de las películas musicales, nos referimos a West Side Story, en la que se enamoran dos jóvenes pertenecientes a dos bandas estadounidenses rivales de los años 50, los inmigrantes portorriqueños y los inmigrantes irlandeses.
Os enlazo dos de los temas más conocidos:






Y nada como el sonido de pianos y violines para ponerle banda sonora a este fin de semana:





Tampoco viene mal escuchar un buen blues:


Y un regalito freaky de la profe:


Os animo a participar en el blog recomendando aquellas novelas o películas de amor que os haya gustado y aportando vuestras opiniones y comentarios.

sábado, 11 de febrero de 2012

La leyenda negra


Muchos de vosotros habéis leído o estáis leyendo esta estupenda novela que ha escrito vuestra compañera del IES Victoria Kent, Arlet Hinojosa. Como sabéis, el año pasado le concedieron el premio Jordi Serra i Fabra por ella y ahora tenemos la suerte de poderla leer publicada por la prestigiosa editorial SM.
Podéis acceder a más información sobre la obra, la autora y la entrega del premio pinchando aquí.
Aunque lo más importante es que leáis el libro, que estoy segura de que os va a gustar, no sólo por la cercanía de la autora, que es joven y compañera del instituto, sino también porque tiene todos los ingredientes que una buena novela debe tener y porque está muy bien escrito y con esa habilidad, marca de la autora, para describir ambientes, escenas y sentimientos con un detallismo y una belleza que no os va a dejar indiferentes.
Próximamente tendremos un encuentro con Arlet para poder compartir con ella todas nuestras impresiones y preguntas, así como para aprender de primera mano cómo es el proceso de creación de una novela.
Mientras tanto, tenéis la oportunidad de publicar y compartir vuestros comentarios en esta entrada. Pero ojo, no desveléis datos que puedan privar a futuros alumnos del placer de leer La leyenda negra, novela de la que tenemos ejemplares en la biblioteca del instituto a disposición de todo nuestro alumnado.




El pasado lunes 2 de abril, los alumnos y alumnas de 3º ESO tuvieron la oportunidad de participar en una tertulia con Arlet Hinojosa, conocerla personalmente, hacerle preguntas y disfrutar con sus comentarios. Además, la autora autografió los libros de todas las personas que se lo pidieron. Ofrecemos a continuación los comentarios de algunos de los alumnos y alumnas que asistieron a la tertulia:

Inma Sempere Pérez 3ºA
Personalmente, nunca he ido a ninguna otra tertulia sobre ningún libro, así que no puedo compararla. Pero no es exactamente como me gustaría que hubiera estado, y pienso que a Arlet quizás también le hubiera gustado que hubiera sido diferente. Hubo una falta notable de participación. Por mi parte, me hubiera gustado participar más o al menos participar algo, pero no sé por qué cuando empezó la gente a hablar me entró miedo o vergüenza para decir lo que yo pensaba sobre el libro. Compadecí a Arlet por todos aquellos momentos en que la gente se metía con su libro según nos contó, me hubiera gustado decirle lo que tanto llegó a gustarme la manera en que escribía, pero no me atreví. Espero, de veras,  que siga escribiendo y que, como nos dijo en la tertulia, saque otro libro porque en mí tiene a una lectora a la que le encantaría leérselo.

 Irene Linares 3º A
La tertulia con Arlet sobre su libro La leyenda negra, estuvo bien, aclaramos las dudas que teníamos sobre la novela y Arlet puntualizó alguna característica de los personajes y de la trama de la historia en general.
También explicó el proceso de creación de la obra además de algunas anécdotas sobre este, fue entretenido y además Arlet lo narraba con mucho ímpetu.
La parte de la charla que más me gustó fue cuando habló de la entrega de premios.
Y aunque la tertulia fue interesante, reconozco que  faltaba más participación por nuestra parte.


Silvia Mendiela 3º A
Creo que la quedada con Arlet, podría haberse aprovechado más, pues el público podríamos haber participado más.O por la vergüenza o no sé muy bien por qué, no se hizo, y sí que es cierto que no vamos a volver a tener otra oportunidad de hablar con otro autor/ora de otro libro probablemente. 
En mi opinión, se podría haber aprovechado mejor.


Pablo Soler 3º A
A mí personalmente  no me ha gustado la tertulia y supongo que a la autora tampoco. Yo pensaba que iba a ser diferente y que la gente iba a participar más, ya que me imaginaba  que cada uno llevaría su pregunta preparada de casa como trabajo que mandó la profesora. A mí, sincerándome con todos los que estaban allí presentes, me gustaría decir que si cualquiera de nosotros se hubiera subido a la tarima con Arlet seguramente se hubiera puesto a llorar y por esa misma razón pienso que Arlet le ha puesto un par de... a la situación.
Por lo general, Arlet me pareció una chica madura, imaginativa y con carácter.

Francisco Pascual 3º A
La tertulia con Arlet me resulto un poco rara, no me esperaba para nada que Arlet fuera de esa manera, era como muy decidida, no tenía vergüenza al estar delante de tanta gente, se expresaba con palabras y gestos de autora y de una manera como si le estuviera hablando a un amigo. 
Por lo demás, fue una tertulia normal aunque también hubo unos pocos momentos en los que nadie preguntaba por la vergüenza a que diría la gente (yo no pregunté) pero me lo pasé bien escuchando sus experiencias sobre las entregas de premios y las entrevistas, la nube en la que se veía envuelta, y todo eso me pareció interesante. 
Deberíamos hacerlo más con otros autores, yo estaría a favor.


Silvia Márquez 3º A
El mes pasado Arlet estuvo con nosotros hablando sobre su libro La Leyenda Negra. En esa hora nos explicó anécdotas y experiencias sobre la escritura de su libro, y después, cuando ganó el premio Jordi Sierra i Fabra de la literatura juvenil, donde se codeó con autores de tal importancia como Laura Gallego o el mismo Sierra i Fabra.
Lo que más me aportó de la tertulia, fueron sus experiencias antes de presentar el libro, porque ella misma es un claro ejemplo de que con ganas y esfuerzo, todo es posible.


Damián Seara 3º A
La tertulia con Arlet fue bastante bien, ya que pudimos resolver las dudas que teníamos acerca del libro, porque algunas partes tenía ciertas dudas, y también pudimos ver en qué se inspiró para escribir el libro, qué hizo para presentarse al concurso y cómo se sintió al saber que había ganado. En resumen, fue una tertulia bastante buena porque pudimos resolver nuestras dudas y de paso conocimos un poco a Arlet, que nunca viene mal conocer a una escritora, quien sabe si en el futuro será famosa como por ejemplo Carlos Ruiz Zafón, que aunque los libros que conozco de él son en valenciano me gustaron mucho.

Libros recomendados para 3º E.S.O.